TINTOS DEL NORTE 32
VALLE DE GUADALUPE
Somos una vinícola mexicana situada en el paralelo Norte 32 en el corazón del Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California, la zona vinícola más importante del país, donde se elabora cerca del 90% de la producción del vino de México. En el año 2002 el capitán Obregón se retiró de la aviación. Para su proyecto de retiro decide fundar su propia vinícola.
En el 2006, Tintos del Norte 32 ya contaba con su Etiqueta Blanca, un monovarietal Cabernet Sauvignon con 12 meses en barrica francesa y americana, con notas muy elegantes de cerezas y moras, y un ligero toque de especiado y vainilla.
Se creó también un ensamble de Tempranillo con Syrah, con 12 meses en barrica en donde resaltan los aromas de toffee y caramelo, y a medida que se va abriendo comienzan a desfilar notas muy elegantes de cerezas y moras con un ligero toque de frambuesa.
También en ese año nace nuestro vino reserva hecho con las mejores uvas del viñedo: Teziano, un Cabernet Sauvignon seleccionado de nuestras mejores vides, reposando en barricas de roble francés, 18 meses. Teziano es intenso, rojo y dulce, tiene un inicio de frutos rojos de bosque, como guindas secas, cerezas maduras y ligeras notas de té negro; al ir abriendo evoluciona mostrando una mezcla de frutas secas como nueces y castañas con vainilla y algo de cacao amargo. Vinos que sorprendieron por su fuerza y extraordinaria calidad.
Para el 2012 nacen Flor de Bruma, un vino blanco hecho de Chardonnay el cual abre con alegría y la dulzura típica de esta uva y finaliza con un ligero aroma de violetas y frutos del bosque. Y nuestro vino rosado, Etiqueta Azul, ensamble de Syrah, Marsanne y Chardonnay, expresivo, fragante y de gran complejidad.
Nuestros vinos hablan de tiempo, de logros, de trabajo en equipo, de lazos, de familia, de unión, de entrega y sacrificios, y sobre todo, de un ejemplo de vida de años de trabajo y dedicación. Nuestros vinos saben a sueños realizados gracias a familia y amigos, un proyecto que hoy en día aporta importantes propuestas a la industria del vino mexicano.
Cada una de nuestras etiquetas atesora un avión en pleno vuelo, con lo que queremos expresar que nuestros vinos no vuelan con motores, pero sí con amor, dedicación, conocimiento y libertad.